Lo que me enseñó mi papá…
Esta frase explícita se la aprendí a mi papá, al principio no la entendía, pero cuando empecé a cagarla lo comprendí todo.
En este negocio con tantas aristas, dependemos de proveedores externos, de las condiciones del mercado, del estado de ánimo de la gente, de la realidad nacional y hasta del clima.
Con tantas variables uno nunca está exento de tomar una decisión equivocada y cagarla de vez en cuando. Pero cuando uno está convencido de que lo que está haciendo, lo está haciendo con “calidad”, la cagada no será tan cagada y seguramente tendrás una forma de reparar el error dignamente.